ULTRAMUNDO. El sueño de la felicidad. Reseña




ULTRAMUNDO, de Rubén Terrón


    Todos soñamos con un futuro mejor. Con una sociedad cuyos integrantes no sufran enfermedades, no necesiten hacer trabajos duros, sean organizados. El peligro surge cuando hay una persona que logra concentrar el poder para llevar adelante una transformación, y ese poder termina corrompiéndolo.
    Esta novela de ciencia ficción nos lleva a un Ultramundo, ciudad invertida suspendida de un asteroide, que podría ser el sueño de Gaudí pero resultó la concreción del sueño del ahora Emperador Caelus, el gobernante todopoderoso que, por medio de neuroprocesadores y del Sistema Madre, controla las mentes y también el funcionamiento de la ciudad entera, proporcionando una falsa sensación de seguridad y felicidad. Por supuesto que a ese mundo nuevo solo pueden acceder aquellos que puedan pagar el costo.

    Caelus diseña un mundo "perfecto" habitado por una nueva especie, los ultranoides. Pero para lograrlo, primero debe exterminar a los seres humanos.

    Claro que estos no aceptan de buen grado ese salto en la evolución, y organizan una rebelión. Se verán coordinados nada menos que por la princesa Cataleya, hija de Caelus, y su pareja; ambos reúnen lo más alto de la inteligencia humana con tecnología avanzada -que ellos mismos desarrollaron-, a lo que le suman un ingrediente que los ultranoides no pueden siquiera comprender: el amor, y los sentimientos que los mueven, de libertad, hermandad, igualdad en una sociedad democrática.

    Tenemos aquí, una vez más, el cuento del hombre convertido en tirano por la soberbia del poder absoluto y las riquezas; el grupo rebelde que, con pocas cartas en su mano, las juega para terminar con la injusticia de la dominación; las diferencias de clase entre poderosos y sojuzgados; todo condimentado con la construcción imaginativa bien lograda de un mundo futurista poblado de androides, naves, habitaciones que tienen propulsores para desplazarse, tubos interplanetarios conductores de energía.

    La novela tropieza en unos cuantos lugares comunes: maniqueísmo en la construcción de personajes que resultan chatos, situaciones poco originales, pero no deja de tener buen ritmo narrativo y un interés que no decae.

    La lectura puede acompañarse con una banda sonora original, compuesta por el autor. En el apéndice. un código QR conduce a un sitio que contiene los temas musicales compuestos para cada capítulo, además de vídeos, dibujos y esquemas sobre Ultramundo. Es un aporte creativo muy interesante.





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