EL TIEMPO SUTIL, de Patricia Martínez
Penguin Random House Grupo Editorial
El viaje geográfico e iniciático de una machi mapuche por el sur de nuestra América en tiempos de la conquista
EL TIEMPO SUTIL narra el viaje que hace Keupumill junto a su madre, siendo ella una niña primero, y luego con su propia hija y su nieto, por pueblos originarios de varias regiones de los actuales Chile y Argentina. Un recorrido que es un poco huida, un poco discernimiento, un poco iniciación a los conocimientos misteriosos y mágicos, a su rica cultura centenaria. Y es también una aventura con intriga, amor, horror, generosidad.
La novela, situada entre los s
XVII y XIX, en el final de la conquista y el comienzo de los movimientos independentistas,
se abre con una introducción que hace Keupumill a
su nieto, por la que trata de justificar el relato posterior. Le contará su
historia. Esta comienza cuando ella era apenas adolescente y, a instancias de
su madre, se ve empujada a abandonar la aldea del Bio Bio, a su gente y todo lo
conocido. Mahuida, mujer del cacique, ha sido acosada y golpeada para que
renuncie a sus dioses paganos y se convierta a la nueva religión que traen los
hombres blancos. Deben escapar.
Ha llegado el momento de la iniciación
de la niña como machi. Nos cuenta en primera persona el hermoso y
simbólico ritual, por el que se conecta con la naturaleza y con los dioses, y
que le confiere su poder de sanación. Continúan su viaje por la costa hacia el
norte, hallan a unos conquistadores moribundos a los que asisten, pero la
jovencita descubre también la crueldad de su madre, que no logra comprender y esa
espina le queda doliendo por siempre. Llegan al desierto de Atacama, van al
encuentro de otros poderosos hechiceros y se nutren de esos saberes milenarios.
Continúan su viaje hacia el sur, donde Keupumill conoce
al amor de toda su vida, al par del dolor de tener que alejarse por diez años de
su hija recién nacida.
Sigue creciendo en edad, en poder
y sabiduría, hasta el esperado reencuentro amoroso con su Suyai, y así las tres
juntas vuelven a emprender viaje.
Hay otro encuentro con el hombre
blanco, Juan de la Piedra, el conquistador no solo de tierras sino también del
corazón de la tranquila Suyai, y la vida se renueva en el hijo de ambos.
Pero también la muerte se hace
presente, y así abuela y nieto se tienen el uno al otro en un lazo que nada, ni
la distancia, podrá cortar.
El joven también tiene los poderes
de curación de sus ancestros, y llegado su tiempo se enamora y todos emprenden
otro viaje, esta vez en busca de su desconocido padre. El camino, no exento de
peligros, los lleva hasta la costa del Atlántico sur, a la Bahía Sin Fondo,
actual golfo San Matías, y a las proximidades de la Sierra de la Ventana. Al conocer
la verdad sobre su pasado, decide separarse de su abuela para vivir su propio
autoconocimiento cerca de sus raíces mapuches. Aquí se nos plantea lo que
seguramente será la tercera parte de la trilogía Patagonia ancestral.
Keupumill sigue sola su exploración para
saciar su ansia de conocimiento y llega al extremo sur de Argentina, donde
observa y se suma a las durísimas condiciones de vida de los selk’nam. Sus peripecias
son numerosas, hasta que finalmente termina conociendo la genuina amistad y
solidaridad de una pulpera española que logra derribar sus defensas hasta llegar
a asomarse a su corazón, ver quién y cómo es esta nativa, respetarla y
quererla.
Me entusiasmaste, Marian! Justamente estoy leyendo una novela de otro Martínez... Los hombres altos de Fabián Martínez Siccardi. También hace referencia a los mapuches y tehuelches, pues el narrador es un mestizo de la Patagonia. Ambientada a principios del siglo XX.
ResponderEliminarQué temática interesante. Y actual, por lo visto. Gracias, Su.
ResponderEliminarInteresante!!!
ResponderEliminarSí, está bueno.
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